Mikey Demilio nació y creció en Nueva Jersey, pero su corazón musical encontró casa en Nashville. Desde 2020, ha explorado sonidos hasta consolidar un estilo que mezcla lo-fi, shoegaze y letras cuidadas al detalle. Inspirado por gigantes como Bob Dylan, Neil Young y Bruce Springsteen, su propuesta se siente íntima, pero también expansiva. Mikey no busca ser uno más; busca dejar huella.
Este nuevo álbum, Billionaires Club, es un salto importante. Tiene una vibra post punk combinada con new wave, pero con una producción fina. Es un disco dinámico, lleno de texturas y matices. Cada canción es un pequeño universo. Me atrapó desde el inicio y no me soltó. Vocalmente, Mikey se muestra versátil, suave, pero brillante. En serio, es de esos discos que no puedes escuchar de fondo… te exige atención.
Imprescindibles en Billionaires Club
Schulmans tiene un ritmo relajado, casi de bar a media noche. Es el segundo track, con una vibra new wave deliciosa. Las guitarras vibran, te envuelven. Me hizo pensar en una noche larga en un bar con luces tenues y conversaciones que se sienten importantes aunque no lo sean.
Wonderland arranca con un groove de bajo sabrosísimo. Es más indie rock, más directa, pero con capas de guitarras brillantes que le dan profundidad. Me gustó cómo la canción crece y se vuelve atmosférica, sin perder esa línea melódica que te guía como si supiera a dónde llevas rato queriendo ir.
Spain entra justo después y parece una extensión emocional de Wonderland. Aquí todo es más etéreo. Guitarras acústicas flotando, voces suaves, con un aura de dream pop que te arropa. Esta es, sin duda, de mis favoritas. Me hizo cerrar los ojos y quedarme ahí, solo escuchando.
Explain es breve pero poderoso. Tiene esa mezcla de shoegaze y new wave que tanto me gusta. Las capas de sonido se sienten como una ola: suaves pero constantes. Es una rola para perderte un poco, para escuchar con los ojos cerrados y dejar que la música te lleve.
Billionaires Club, el track que da nombre al disco, baja el ritmo pero no la intensidad. Tiene una vibra psicodélica, hipnótica, como un viaje introspectivo en cámara lenta. Me gustó mucho cómo la voz se mezcla con los efectos. Es relajado pero nunca aburrido.
335 Norway cierra el álbum con nostalgia, pero también con energía. Habla de dejar casa siendo joven. Las guitarras son brillantes y la voz tiene un tono casi esperanzador. Es un cierre emocional, como bajar la cortina al final de una película que no quieres que termine.
Producción y Sonido en Billionaires Club
La producción de este disco es impecable. Cada elemento está puesto con intención. Las guitarras son protagonistas, ya sea brillantes, etéreas o envolventes. La mezcla tiene un aire vintage, pero suena actual. Hay momentos de psicodelia, un poco de shoegaze, pero sin saturar. Lo que me gustó mucho fue el dinamismo: ninguna canción suena igual a la otra, pero todas comparten un hilo conductor. Vocalmente, Mikey tiene matices suaves, con un tono que encaja perfecto en cada atmósfera. Es un disco para escucharlo de principio a fin sin saltar nada.
Escucha y Sigue su trayectoria
Te invito a escuchar Billionaires Club completo, sin pausas. Es un álbum que se disfruta más como un viaje completo. Síguele la pista a Mikey Demilio en redes sociales, porque seguro va para cosas grandes. Y claro, mantente al tanto de mis recomendaciones para no perderte lo mejor de la música.
Sígueme en:
Mikey Demilio, born and raised in New Jersey, found his sound in Nashville. Since 2020, he’s been crafting a style that blends lo-fi textures, shoegaze effects, and sharp lyrics. Inspired by legends like Bob Dylan, Neil Young, and Bruce Springsteen, Mikey’s music hits with both emotion and atmosphere.
Billionaires Club feels like a breakthrough. The album carries post punk and new wave energy, wrapped in top-tier production. It’s a dynamic, textured ride with soft yet radiant vocals. Every track is a world of its own. Honestly, this record demands your attention.
Highlights in Billionaires Club
Schulmans has a relaxed beat and a bar-night vibe. The vibrant, immersive guitars carry a sense of quiet nostalgia. It’s the kind of song that paints blurry memories. Wonderland kicks in with a groovy bassline and bright indie rock guitars. It builds into a dreamlike soundscape. Hypnotic and immersive. Spain follows immediately and shifts into dream pop territory. Acoustic guitars float while soft vocals embrace you. One of my favorites—an essential track.
Explain is short but gripping, with shoegaze and new wave textures. It’s the type of track you feel with your eyes closed. Billionaires Club, the title track, brings a psychedelic touch. Slow, hypnotic, and subtly trippy, it pulls you in gently. 335 Norway closes the album with a blend of nostalgia and bright energy. A song about leaving home young, with vivid guitars and glowing vocals. A perfect closer.
Production and Sound in Billionaires Club
The production is spot-on. The guitar work shines throughout—layered, immersive, intentional. There’s a vintage warmth but modern clarity. Touches of psychedelia and shoegaze appear without overdoing it. Mikey’s vocals are soft, expressive, and match each song’s vibe. The album feels cohesive yet varied—no skips needed.
Give Billionaires Club a full listen. No skips, no distractions. Follow Mikey Demilio on social media, and of course, keep an eye on my recommendations so you never miss what’s worth hearing.
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