King-Mob es una dupla feroz formada por Aodhan O’Reilly (voz/guitarra) y Gabe Katz (batería), dos músicos que se conocieron en la intensa escena neoyorquina. Desde entonces, han destilado años de giras, loops, poesía y ruido en una propuesta cruda, experimental y honesta. Su nuevo sencillo Arabesque, adelanto de su tercer EP, es una pieza que me voló la cabeza: densa, violenta y completamente viva.
Arabesque
La producción de Arabesque es una explosión controlada. El track inicia con una maraña de loops y texturas distorsionadas que no te avisan cuándo va a estallar, pero sabes que lo hará. La guitarra suena cargada de fuzz, disonante y áspera, como si estuviera peleando con el aire. La batería de Katz no busca acompañar: impone ritmo con una brutalidad minimalista que golpea directo al pecho.
Aunque parece caos puro, la estructura tiene sentido. Hay una intención detrás de cada explosión, de cada pausa. Las influencias de Death Grips, Swans y Link Wray se sienten, pero King-Mob logra algo propio. Los elementos del surf y blues modal se filtran entre capas de ruido industrial y ambient, creando un collage sonoro tan incómodo como hipnótico.
La voz de O’Reilly aparece como un eco lejano, profunda y melódica, casi enterrada entre la distorsión, pero presente. Recordando a Mark Lanegan o Oliver Ackerman, con ese tono que mezcla desesperación y control. El resultado es un track que no pretende agradarte: te confronta, te envuelve y no te suelta.
Escucha y Sigue su trayectoria
Arabesque es una pieza que exige atención y entrega. King-Mob no está aquí para complacer, sino para retumbarte el alma. Síguelos en sus redes sociales, y como siempre, acá te seguiré compartiendo música que te sacude los sentidos.
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