Eternal Drak sigue firme con su misión: romper cuellos con riffs afilados y letras que no se andan con rodeos. Con Oda a la luna, llevan su sonido un paso más allá, fusionando lo brutal del thrash metal con la oscuridad del black metal. Es una rola que no solo golpea, también invoca. Y se siente como un verdadero ritual sonoro.
Oda a la luna
La letra es una historia de exilio, de poder prohibido, de conexión con lo oculto. “Seres oscuros que adoran maldad / Seres que buscan poder sin igual” abre el relato con una claridad brutal. Desde ahí, la canción explora un universo de dioses desterrados, de rituales paganos, de una humanidad marcada por la herencia de la crueldad. Como una especie de mitología alternativa, donde la luna no es guía, sino símbolo de transgresión.
Hay una reflexión profunda sobre el origen de lo humano desde lo oscuro. La Oda no es una súplica, es un grito de reconocimiento: aceptamos nuestra parte tenebrosa. “Nos legaron la esencia de su venalidad / Y nos tocó asimilar”. Eso, sinceramente, me pareció de lo más lúcido y brutal que he escuchado en el metal latinoamericano últimamente.
La música de Eternal Drak
El sonido de Oda a la luna es un golpe directo al pecho. Los riffs son filosos, con ese estilo clásico del thrash que no pierde agresividad. La batería y el bajo no dan respiro; son implacables, te sacuden con cada golpe. Logran cambios de velocidad que no se sienten forzados, sino parte natural de la narrativa. La voz, por su parte, es melódica pero desgarradora, y eso le da mucha garra. La producción mantiene ese sonido orgánico, todo suena vivo y poderoso.
Escucha y sigue su trayectoria
Eternal Drak está más vigente que nunca, y con Oda a la luna lo confirman con fuerza. Si te gusta el metal que no solo suena bien, sino que tiene algo que decir, esta rola te va a volar la cabeza. Síguelos en sus redes sociales, y claro, mantente al tanto de mis recomendaciones para no perderte lo mejor de la música.
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Eternal Drak returns with Oda a la luna, a track that blends the intensity of Thrash Metal with the darkness of Black Metal. The result is a fierce and ritualistic anthem.
The lyrics tell the story of celestial beings banished from their dimension, who leave behind a legacy of cruelty and power. Lines like “Nos legaron la esencia de su venalidad / Y nos tocó asimilar” reflect on humanity’s dark origins. Musically, the track hits hard with sharp riffs and relentless rhythm. The drums and bass are punishing, while the vocals are both melodic and raw. I appreciated the organic production and dynamic shifts.
If you’re into metal that’s more than noise—music with lore, force, and conviction—Eternal Drak should be on your radar. Oda a la luna is a heavy, brilliant offering.
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