Les presenté a Bank Myna gracias a su primer sencillo The Other Faceless Me, y desde entonces me dejaron cautivado. Esta banda parisina construye una experiencia sonora que no se parece a nada. Su alineación es poderosa: Maud Harribey en la voz, violín y teclados; Fabien Delmas en guitarras y lap steel; Daniel Machón al bajo, sampler y noise box; y Constantin du Closel en la batería. Ellos no solo hacen música, crean atmósferas. Lo suyo es un ritual de sonidos densos, catárticos y envolventes. Oscilan entre el post-rock más sombrío y el doom más hipnótico.
EIMURIA es su nuevo álbum, y honestamente, es una joya oscura. Más directo y pesado que VOLAVERUNT, se siente como una exhalación profunda: intensa, vulnerable y a ratos devastadora. Son cinco tracks que te toman por sorpresa y no te sueltan. Grabado en vivo, se percibe una química brutal entre los músicos. La narrativa es más segura, la instrumentación más afilada y emocional. Este disco no se escucha, se experimenta. Te sumerge, te golpea, te calma… y luego te deja pensando.
Imprescindibles en EIMURIA
The Shadowed Body es un viaje de casi trece minutos. Comienza lento, denso, y va creciendo hasta envolver por completo. La letra es un poema desgarrador: «The shadowed body growing roots at dusk / Emerging glimmers from the coldest sighs.» La voz de Maud se desliza entre lo etéreo y lo violento. Me impactó cómo juega con las capas emocionales. Esta canción se siente como una caída lenta hacia uno mismo. Ineludible.
The Other Faceless Me fue el gancho que me atrapó. Aquí la voz toma un rol más cinematográfico. Se siente como una coreografía en la oscuridad. El uso del noise box agrega una textura brutal, casi física. «I’m only half / The other faceless me» resuena como una confesión que todos hemos evitado decir. El track logra un equilibrio raro entre lo hipnótico y lo devastador. Claramente una de las piezas más introspectivas del disco.
L’Implorante es el gran final. Una canción de más de trece minutos que suena a invocación. Tiene un canto como ritual, te pone en trance. La letra, «Hands that create / Can destroy / Every thing», se repite como un mantra. Me dejó clavado. El ritmo crece con tensión ritualista. Es oscura, bella y dolorosamente honesta. Si te dejas llevar, terminas en otra dimensión.
Producción y Sonido en EIMURIA
El disco suena impecable. La producción es cálida, envolvente, casi táctil. Se siente que fue grabado en vivo: cada golpe, cada silencio tiene intención. Bank Myna juega con los contrastes. Del ruido al susurro, de la calma al desgarro. Me encantó cómo la voz de Maud nunca compite con la música, sino que se funde con ella. Es hipnótica, profunda, frágil y feroz. Las texturas son ricas; hay ruido, cuerdas y percusiones que no solo acompañan, sino que narran. Es una producción madura, que entiende perfectamente su identidad.
Escucha y Sigue su trayectoria
Bank Myna no es para todos, pero si te dejas arrastrar, te vuela la cabeza. EIMURIA es de esos discos que te sacuden por dentro. Síguelos en sus redes sociales, y como siempre, acá te seguiré compartiendo música que te sacude los sentidos.
Sígueme en:
Conoce nuevas propuestas con mis diferentes Playlist en Spotify.
Escucha la señal de Expansión Radial, en TuneIn y Apple Music.
Con una programación musical las 24 hrs, todos los días del año. Expande Tus Sentidos.