Con sede en Albuquerque, Nuevo México, Dymer es una banda que se ha ganado mi atención por su entrega cruda y honesta. Formada por Jonny Mouchet (voz, guitarra, letras), Tom Burton (batería), Mark Vasquez (guitarra), James Alexander (bajo) y Ken Chavez (guitarra), esta alineación combina una sensibilidad lírica profunda con riffs que arden. Su estilo mezcla lo mejor del rock alternativo con toques progresivos, punk clásico y hasta indie. No son una banda más; están aquí para conectar, para sacudir, para dejar huella.
Su nuevo álbum, The End Is Always Nigh, The End Is Never Now, incluye 16 tracks que suman casi una hora de música cargada de emociones, caos y belleza. Es un concepto alrededor del fin del mundo y la pérdida, pero más que una elegía, suena como una catarsis colectiva. Aquí hay garage, hay atmósferas post-apocalípticas, hay misticismo, y una introspección que se siente genuina. Es uno de esos discos que, sin importar en qué mood estés, te dice algo distinto cada vez. La energía sube y baja como debe ser: con intención, con precisión, con alma. La producción es impecable, las guitarras están vivas y vibrantes, y la voz de Jonny tiene ese poder melódico que no suelta. Sin duda, este disco es un punto alto en su carrera.
Imprescindibles en The End Is Always Nigh, The End Is Never Now
Catching Matches es puro dinamismo emocional. La letra nos lanza de lleno al drama de una relación incendiaria. “I’m catching up my breath / I’m pulverized every time you slip my / Mangled little mind”… esa línea me dejó en pausa. Es una canción sobre ver arder algo precioso y no poder evitarlo. Musicalmente, es un sube y baja que engancha sin piedad.
Deceived es pura garra. Rock directo, riffs sucios, letra filosa. Me encantó cómo narra la historia de Max, un hombre atrapado en teorías de conspiración. La canción tiene ironía, fuerza y una crítica muy bien disfrazada. “They’re pulling wool over your eyes” resuena con fuerza en tiempos de sobreinformación. Es como si la banda gritara: “¡abre los ojos ya!”
Dos Mil Doce me conmovió. Tiene un aire folk, introspectivo, con una atmósfera melancólica que te jala hacia adentro. “No es el final esta noche” repite como un mantra. La combinación de español e inglés le da una profundidad multicultural. Me hizo pensar en todos esos años que sentimos que “todo se va a acabar” y sin embargo aquí seguimos.
Wailing & Gnashing es una bomba progresiva. Las secciones rítmicas son complejas, viscerales, y la letra una crítica feroz al ego, la religión y la redención. “Doves with serpentine teeth” es una de esas imágenes que se quedan en la mente. Esta canción es densa, exigente, pero absolutamente adictiva. Personalmente, es de las que más me impactó por su valentía lírica y estructura musical.
The Warning es el track más largo y oscuro del álbum. Casi siete minutos de progresión, atmósfera y tensión acumulada. Su letra me pareció casi una profecía: “Is this the breaking?”. Es el tipo de canción que no solo escuchas, sino que experimentas. La producción aquí es magistral, cada detalle aporta al peso emocional del tema.
The Day & The Hour cierra el álbum con una nota cinematográfica. Piano, cuerdas, flauta, todo ensamblado de forma hermosa. La colaboración con Sisterbaby y Ellie Mouchet le da una textura única. Me encantó su mensaje esperanzador: “Fill your cup / It’s enough”. Es un cierre perfecto para un disco que, aunque habla del final, se siente lleno de vida.
Producción y sonido en The End Is Always Nigh, The End Is Never Now
El trabajo de producción en este disco es brutalmente bueno. Mark Vasquez lidera la mezcla y producción con un oído preciso. Las guitarras se sienten rugosas y melódicas al mismo tiempo, hay momentos donde las texturas lo-fi dan paso a pasajes complejos y expansivos. La batería (grabada en Empty House Studio por Matthew Tobias) suena sólida, con groove e intención. El máster a cargo de Jon Paz Gale redondea todo con calidez.
Lo que más me sorprendió fue la variedad estilística. Hay temas enérgicos con una crudeza punk, y otros que parecen sacados de un soundtrack apocalíptico. Sin embargo, nada suena fuera de lugar. Cada canción aporta algo distinto al concepto general, manteniendo unidad sin caer en lo repetitivo. Para mí, la gran virtud de este disco es su capacidad de reinventarse sin perder identidad. Un caos ordenado, si se vale decirlo.
Escucha y sigue su trayectoria
No te pierdas The End Is Always Nigh, The End Is Never Now. Es un disco que exige atención, pero que recompensa con creces. Si te gusta el rock con alma, con mensaje y con evolución, esto es para ti. Síguelos en sus redes sociales, y claro, mantente al tanto de mis recomendaciones para no perderte lo mejor de la música.
Sígueme en:
Dymer, a band from Albuquerque, delivers a concept album about endings and continuity. The End Is Always Nigh, The End Is Never Now is a powerful, stylistically diverse collection of 16 tracks blending alternative rock, progressive influences, and lo-fi textures.
Highlights include Catching Matches, a fiery emotional track; Deceived, a gritty rock tale of paranoia; and Dos Mil Doce, an introspective, folk-inspired reflection on survival. Each song contributes to the album’s post-apocalyptic yet humanistic vision. Production is tight and textured, with rich guitars, dynamic arrangements, and seamless genre shifts. It feels organic, intentional, and deeply immersive. This is not background music — it demands full attention.
If you enjoy emotionally charged, concept-driven rock that explores themes of loss, belief, and resilience, don’t skip this record. Follow Dymer, and stay tuned for more sonic discoveries.
Conoce nuevas propuestas con mis diferentes Playlist en Spotify.
Escucha la señal de Expansión Radial, en TuneIn y Apple Music.
Con una programación musical las 24 hrs, todos los días del año. Expande Tus Sentidos.